Ciberseguridad: Por donde comenzar
La ciberseguridad es esencial para organizaciones de todos los tamaños. Las pequeñas y medianas empresas son objetivos frecuentes de ciberataques, enfrentando riesgos como phishing, ransomware y robo de datos. El Marco de Ciberseguridad de NIST (CSF 2.0) ofrece una hoja de ruta práctica con seis funciones clave: Gobernar, Identificar, Proteger, Detectar, Responder y Recuperar. Medidas simples como habilitar la autenticación multifactor, capacitar al personal, actualizar sistemas y contar con un plan de respuesta ayudan a fortalecer la resiliencia, proteger la confianza y asegurar la continuidad del negocio.
Nadia Enciso
8/27/20252 min leer
Hoy en día, incluso los negocios más pequeños dependen de la tecnología: correo electrónico, redes sociales, banca online, comercio electrónico o sistemas internos. Esta dependencia también los expone a riesgos cibernéticos crecientes como phishing, ransomware, robo de información, fraudes mediante la suplantación de identidad o interrupciones en los servicios. Aunque muchas veces se piensa que los ciberataques apuntan solo a grandes corporaciones, lo cierto es que las pequeñas empresas son un blanco atractivo, justamente por considerarse más vulnerables.
¿Por qué importa la ciberseguridad?
Un ataque puede significar la pérdida de datos de clientes, daño a la reputación, interrupción de ventas, altos costos financieros y multas legales. La confianza de clientes y empleados depende de que la información esté protegida. Prepararse no es opcional: es una inversión en la continuidad y el crecimiento de la organización.
El Marco de Ciberseguridad de NIST
Para apoyar a las empresas en sus primeros pasos, NIST Cybersecurity Framework (CSF 2.0) ofrece una guía práctica y flexible para comenzar a aplicar ciberseguridad en su empresa. Se organiza en seis funciones esenciales que sirven como hoja de ruta:
Gobernar: Definir responsabilidades, cumplir con requisitos legales y normativos, y establecer una estrategia clara de gestión de riesgos.
Identificar: Mantener un inventario de activos (equipos, hardware, software, servicios, datos) y evaluar cuáles son críticos para el negocio.
Proteger: Implementar salvaguardas como contraseñas seguras, autenticación multifactor (MFA), copias de seguridad, parches y capacitación del personal.
Detectar: Utilizar antivirus, monitorear redes y reconocer señales de ataque, como accesos inusuales o intentos repetidos de inicio de sesión.
Responder: Contar con un plan de acción ante incidentes, identificando responsables, contactos clave y protocolos de comunicación interna y externa.
Recuperar: Restaurar operaciones, validar la integridad de las copias de seguridad y documentar las lecciones aprendidas.
Recomendaciones iniciales
Capacitar al equipo en la detección de correos electrónicos sospechosos, enlaces fraudulentos y llamadas engañosas.
Aplicar MFA en todas las cuentas críticas (correo, banca, e-commerce).
Realizar copias de seguridad periódicas y comprobar que puedan restaurarse.
Actualizar software y sistemas con los parches más recientes.
Definir un plan básico de respuesta, con responsables y contactos de referencia.
Evaluar los riesgos de terceros, como proveedores, servicios en la nube, o aplicaciones externas.
Conclusión
La ciberseguridad no es un lujo reservado a grandes corporaciones: es un requisito esencial para la supervivencia de cualquier organización. Adoptar un marco de ciberseguridad reconocido como el de NIST es un primer paso que permite estructurar una estrategia de ciberseguridad sin importar el tamaño del negocio. Empezar hoy, incluso con medidas simples, puede marcar la diferencia entre recuperarse con rapidez o quedar fuera del mercado tras un ataque.